3.4.13

Cuando un vale de consumo pierde su valor por un código que no puede ser leído.


Imagen referencial.
"No había tomado en cuenta tanto la importancia de un lector de código de barras que lee códigos desgastados o maltratados hasta que viví en carne propia la incomodidad ocasionada por un lector incapaz de leer ese tipo de códigos."
Hace unos día paseaba con unos compañeros de trabajo en un Centro Comercial muy concurrido en el Centro de Lima, un día cualquiera que salimos juntos del trabajo, decidimos dar unas vueltas viendo tiendas de ropa, calzado, artefactos, etc., y al terminar nuestro recorrido quisimos comer algo pequeño y rápido, entonces nos dirigimos al patio de comidas a pedir cado uno lo que mejor le parezca.

Imagen Referencial.
A mí me encantan las hamburguesas de cierta tienda de comida rápida y recordé que tenía en mi cartera un vale de consumo que me había ganado en la empresa donde trabajo, hace varios meses atrás, y entonces decidí usarlo en ese momento. El vale aún estaba dentro de la fecha vigente de uso y cumplía con todas las observaciones. Sólo un pequeño detalle me llamó la atención, decía algo así como: 'no se aceptará el vale si el papel se encuentra muy deteriorado'. Me quedé mirando el vale que no estaba muy deteriorado, tal vez un poco, pero el código de barras que tenía estaba, no en perfecto estado, pero creo que legible, así que no tenía por qué preocuparme y me puse en la fila de la caja para solicitar mi hamburguesa y pagar con el vale.


Grande fue mi sorpresa y molestia cuando la señorita de caja tomó mi vale, que estaba en buen estado, y al intentar leer el código con su lector, este no lo reconocía. Intentó realizar la lectura una y otra vez, pero no había respuesta.  Debido a mi insistencia porque no creía que el lector no reconozca el código, ella intentó nuevamente cogiendo el lector de mil formas, apuntando desde diversos ángulos, más cerca, más lejos, pero nada parecía funcionar.

La señorita quiso devolverme el vale aduciendo que no era válido por estar deteriorado y que por esa razón el lector no lo reconocía.

Al llegar al establecimiento, me había percatado de los equipos que usaban en su punto de venta (como trabajo en este rubro, es algo que no puedo evitar): el monitor, la impresora de tickets y su lector de código de barras. No eran de los nuestros.

- ¿Deteriorado el vale? No, señorita. Es su lector que no está apto para capturar códigos de barra deteriorados.

Si no trabajaría en esto, nunca lo hubiera sabido, pero ahora sé que existen lectores con gran capacidad de lectura que reconstruyen los códigos de barra, los cuales serían ideales para estos casos. Las personas encargadas de la compra de estos dispositivos deberían tomar en cuenta este aspecto y elegir al que por sus características técnicas se adapte mejor.

No creo haber sido la única clienta que va a canjear su vale y éste no es reconocido por el lector. ¿Cuántos más habrán pasado por esta incomodidad ya sea en este u otros establecimientos?

Bueno, esta fue una de mis tantas experiencias de compra. Me molesté mucho con lo ocurrido, trataba de explicarle a la señorita que la culpa era del lector, pero no me entendía, hasta que llegó un supervisor y, aunque creo que tampoco me entendió ni me dio la razón, sí me aceptó el vale y me dio mi hamburguesa.

Salí del establecimiento y le dije a mis compañeros de trabajo: esta tienda necesita que un asesor comercial de Tecflex los visite.



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