Imagen referencial |
“Siempre me sentí ajena a los problemas de los trabajadores que deben
marcar tarjeta en su centro de trabajo y acaban haciendo largas colas, que en
muchos de los casos parecen no tener fin. Tenía que ser parte de dicho problema
para qué tome conciencia e intente pensar en una solución. Porque
definitivamente existe una.”
Hace algunos días, no recuerdo
cuantos exactamente, con mucho o muy poco dinero en el bolsillo, le pedí a mi
papá que me espere a salida de mis clases de inglés para irnos juntos en su
carro. Mis clases son nocturnas, así que mi salida es a las 10 de la noche,
aproximadamente. El accedió a llevarme a la casa, pero me dejó muy en claro que
sería yo la que lo espere en su trabajo, pues él tenía que marcar tarjeta.
Mi papá es catedrático de una prestigiosa
universidad y como es evidente, a diario tiene que marcar su hora de entrada y
de salida, para que se pueda administrar de manera efectiva su horario. Aquel día,
su última clase terminaba a las 10 de la noche. Afortunadamente, la universidad
donde el labora, queda a tres cuadras de mi instituto, por lo que se me hizo
muy sencillo llegar a esperarlo.
Se suponía que el proceso de
marcado de tarjeta sería rápido, así que no tardé mucho en llegar a buscarlo.
Pero grande fue mi sorpresa cuando lo vi en una larga cola que casi bordeaba
todo el patio central de la universidad. Me acerqué a la persona de seguridad
para preguntarle porque todos estaban en esa casi interminable cola y su
respuesta me dejó atónita. “Es la cola para marcar la hora de salida de los
profesores señorita” me dijo el con voz cansada y apagada.
Imagen referencial |
Pasaron aproximadamente 20
minutos cuando lo veo salir de la universidad entre un tumulto de profesores.
Tenía el rostro fastidiado, así que preferí no decir nada por el momento. Ya de
camino a casa, no pude evitar preguntarle porque todos tardaban tanto en marcar
tarjeta, y su respuesta fue tan cortante y directa como su mirada frente al
parabrisas: “Solo hay un terminal de asistencia en toda la universidad”. Entonces,
entre mi asombro pensé que como una
universidad tan bien posicionada, podía tener solo un terminal de asistencia. Pero
efectivamente era así, pues días después me acerqué a la universidad y pude ver
que además de ser solo un equipo, era uno bastante antiguo y obsoleto.
Actualmente, hay en el mercado un
terminal de asistencia que cuenta con dos sensores de huella digital y
reconocimiento de rostro. Se trata del ZKTECO DS100, y esta información la
conozco gracias a que trabajo en una empresa dedicada al rubro de soluciones
tecnológicas, pero lamentablemente más personas deberían contar con esta
información. Puedo deducir entonces, que ese es el problema principal en la
mayoría de empresas, la falta de información.
Por eso ayer por la noche que vi
a mi papá en la casa, le dije alegremente: “Tranquilo, un asesor comercial de
Tecflex ya visitará tu trabajo, las largas colas terminaran”. El solo me miro e
inclinando su boca hacia un lado, sonrió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario